Escribir
una historia de vampiros para púberes no es fácil. En la lucha
descartamos la bobería a lo Crepúsculo -Verano del 98 con colmillos- o
pavadas así. Nos alejamos de la truculencia lo más que pudimos y
pivoteamos lo meramente infantil, porque no es eso lo que buscábamos.
Queríamos algo más bien gótico, y vamos por buen camino, o eso parece.
Mareados ya, dejamos el Word y agarramos los lápices y el Photoshop, como para despejar el seso y darle el gusto a otra clase de instintos.
Serán -quieren, deben ser- tres cuentos de terror en total. Todavía no
sé de qué tratarán los otros dos. Tres pantallazos, tres imágenes que
nos acompañen mientras nos vamos quedando dormidos.
Acá, la primera
de ellas. La del cuento de vampiros que no quiere ser demasiadas cosas y
que, por el momento, se titula "Belladona".
Lo demás, el tiempo lo dirá.
Abrazos.
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